I'll gonna tell you something important || Deutton D. Gates

Me encontraba en la ya conocida para mi, plaza del distrito 6. Las últimas semanas no pasaba de ese lugar o algún bar de la zona de entretenimiento, estaba en completo estrés y me hacía creer que con pasar un rato de distracción todo mejoraría y hasta me tranquilizara. Realmente no había logrado mucho en esos días y todas esas cosas empezaban a molestarme. Mi hermana, Claire, que inexplicablemente había dejado de hacerme la vida un lió en estos días, se encontraba en sus cosas por lo cual me dejaba en total aburrimiento.

Caminé sin rumbo fijo hasta que dieron más o menos las 5 pm. el sol se empezaba a ocultar y la gente empezaba a irse a sus casas, sabía que los jóvenes que disfrutaban de los pocos billares y algunas cantinas del lugar llegaban hasta en la tarde-noche, me quedé un momento ahi de pie en medio de aquellos lugares tratando de decidir a donde entrar o simplemente irme.

De repente, mientras miraba al frente note como un lujoso automóvil plateado aparcaba a pocos metros de mi, una bella mujer bajo de el instantes después y en pocos minutos la tuve frente a mi, al mirarla bien presione mis labios mirando hacia otro lado, era la vicepresidenta, Laurel Yule. Una de sus sonrisas que había visto, creía yo en televisión hizo que me acercara un poco más, se veía intención de que quería hablarme y quien era yo para negarme? Además, simplemente no tenía nada mejor que hacer.

La escuche decir mi nombre y asentí sin más alzando una de mis cejas -Supone bien.- Presione mis labios al oírla decir que yo sabía quien era, claro, lo sabía, cada uno de los residentes de mi distrito lo sabían, algunos que aún andaban rondando por ahí miraban con descrecía a la vicepresidente Laurel, unos con ojos de deseo y otros más que los anteriores con odio y con medio, yo opte por no dejar ver nada que le pudiese interesar a ella.

Me moví junto a ella en cuanto comenzó a caminar mientras sonreía de medio lado, seguramente a la Señorita no le apetecía un poco de agua sobre su perfecto peinado y fino vestuario, me senté al frente de ella intentando poner atención mientras comenzaba a hablar después de pedir su taza de café, hice lo mismo para acompañarla. -Usted debe saber todo sobre mi.- Dije en un tonó algo frío pero sin faltarle al respeto ya que no quería ganarme la muerte con tan simples palabras. -Todo es tan vago y mundano como siempre, su vida debe tener más interés que la mía.- Sonreí de lado mientras veía como la mesera del café ponía con una amplia sonrisa nuestros vasos sobre la mesa. ¿Entre más sonrientes se encuentren más pavor le tienen? Medité aquellas palabras en mi cabeza mientras tomaba un sorbo de café sin fijarme si ella hacía lo mismo.

Una parte de mi lo sabía, sabía a que venía ella, pero... porqué ponerme a pensar en eso? Hasta había tenido pesadillas sobre ello, ser mentor, sí, a eso venía ella. -¿Por qué no va al grano?- Volví a hablar, controlando mi voz mientras le sonreía con amabilidad fingida y recargaba mi espalda sobre el respaldo de la chirriante silla.

Crucé los brazos al escucharla hablar y no pude evitarme el sonreír -No todos tenemos el honor de tener frente a la vicepresidenta de Panem y mucho menos tomando un café en tan inhabitado lugar.- Presione mis labios mirando con detención aquel pequeño café, sabía bien que mi distrito no era en nada comparado con el capitolio, me preguntaba si en realidad a ella me afectaba el estar aquí, me la imaginaba mirando cada rincón mugriento con una especie de asco o desprecio en la mirada, a decir verdad estaba muy calmada.

Tuve que incorporarme al verle deslizar el sobre por la mesilla frente a mi, lo tome con sumo cuidado como si de una bomba nuclear se tratara. Ese justo momento bien me recordaba a esas películas viejas de policías y ladrones, los matones mandaban a sus compinches a hacer el trabajo sucio y estos tenían que cumplirlo, era un caso de vida o muerte y al parecer este no se quedaba atrás.

La palabra Bienvenido brotó de sus labios y yo al tiempo abrí el sobre para revelar al fin mis sospechas. -Interesante- Murmure mientras leía con cuidado aquella inusual carta, esperando que ella siguiese con su plan y tal vez hablara un poco más mientras yo me quedaba quieto tal vez del susto.